sábado, 27 de agosto de 2011

dic

Hay días en los que la impotencia, el miedo y los sentimientos se apoderan de mi. Cae la noche y yo me encierro en mi cuarto, buscando algo de soledad.. miro por la ventana y no veo nada, solo está esa oscuridad que me hace tener miedo. Empiezo a ponerme nerviosa, estoy sola en medio de la nada, perdida en mi misma. Y entonces decido dejar salir todo lo malo.. y lloro; lloro hasta quedarme sin lágrimas. Lloro por miedo, también, miedo a no poder cumplir mis sueños, a no ver más a esas personas que tan solo por un día lograron hacerme más feliz que muchos otros de siempre. ¿Y sabes mi mayor miedo? Llegar a olvidarme de ellos.. ya no recuerdo sus voces, y sus rostros solo me los reflejan los recuerdos; seguramente el olvido tampoco esté tan lejos. Pero no permitiré que eso pase. Esta vez no. Lucharé como nunca lo he hecho, lucharé de una vez por todas, y me olvidaré del resto. Porque cuando estoy en esa soledad me acuerdo de las personas que si se han ido para siempre, y entonces alzo la cabeza y en la oscuridad brillan recuerdos: los momentos felices, las risas, las bromas... Es esto lo único que me retiene a seguir luchando. Porque cuando pienso en ellos algo me dice que intente conseguir este sueño que me hará volver a verles, y volver a oír sus voces, y recordar que siempre formarán parte de mi vida, y que "nada es para siempre", pero que "nada que imposible".


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